El Legado y Declive de Bretton Woods


En julio de 1944, en el Hotel Mount Washington de Bretton Woods, 44 naciones se congregaron con el objetivo de forjar un nuevo sistema monetario internacional que guiara el mundo tras la Segunda Guerra Mundial. Estos esfuerzos culminaron en lo que se conocería como los Acuerdos de Bretton Woods. El propósito fundamental de la confederación era establecer un sistema monetario internacional basado en la estabilidad del tipo de cambio, la prevención de devaluaciones competitivas y la promoción del crecimiento económico. Aparecieron dos posturas distintas durante las negociaciones: la propuesta de John Maynard Keynes y la de Harry Dexter White.

Keynes abogaba por la creación de una gran institución internacional, la Unión de Compensación, con la capacidad de intervenir en crisis y emitir una nueva moneda internacional, el "Bancor". Este estaría respaldado por 30 materias primas, incluyendo el oro. Por el contrario, White abogaba por  la creación de un Fondo de Estabilización financiado por monedas nacionales y oro. Finalmente, la visión de White prevaleció y se consolidó el dólar estadounidense como la nueva moneda de reserva mundial.

A pesar de las discrepancias, los 730 delegados en Bretton Woods acordaron establecer dos nuevas instituciones, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (actual Banco Mundial). Estas instituciones tenían como objetivo supervisar los tipos de cambio, proporcionar divisas de reserva y ofrecer asistencia financiera para la reconstrucción de naciones devastadas. Durante la época dorada del capitalismo (1946-1973), el sistema de Bretton Woods propició la estabilidad económica mundial. El crecimiento industrial, la expansión del bienestar, la distribución equitativa de ingresos y el desarrollo en los países en desarrollo fueron resultados tangibles. En 1958, el sistema estaba en pleno funcionamiento, con Estados Unidos comprometido a mantener el precio del oro fijo y ajustar la oferta monetaria de dólares, de forma que perdurara la confianza en su moneda gracias a la convertibilidad de la misma en oro. Sin embargo, la estabilidad se desmoronó en 1971 cuando el presidente Richard Nixon unilateralmente puso fin a la convertibilidad del dólar en oro, lo que dio lugar al colapso del sistema.

Este colapso se debió a una serie de factores económicos y políticos que socavaron su viabilidad y estabilidad. A medida que la economía de Estados Unidos crecía, el país experimentaba persistentes déficits en su balanza comercial, lo que llevaba a una acumulación significativa de dólares en manos extranjeras. Además, la convertibilidad del dólar en oro, establecida en los Acuerdos de Bretton Woods, generó presión sobre las reservas de oro de Estados Unidos, ya que la cantidad de dólares en circulación superó la cantidad de oro que respaldaba esos dólares. Las políticas monetarias expansivas y la inflación en Estados Unidos debilitaron aún más la posición del dólar. Esto generó una crisis de confianza en el sistema, llevando a una transición hacia tipos de cambio flotantes, donde las monedas dejaron de estar vinculadas directamente al oro y comenzaron a flotar libremente en los mercados de divisas. Lo que explica la actuación de Richard Nixon. 

A continuación os dejamos un video que explica de forma clara en qué consistió dicho sistema y por qué fracasó.

 


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