El Hundimiento del Maine: El Fin de un Imperio

La confrontación cubana se desencadenó el 15 de febrero de 1898, en el puerto de La Habana, en Cuba. En este lugar emblemático, se produjo uno de los incidentes más célebres de la historia española: la explosión del buque de guerra estadounidense Maine.

Este trágico episodio, que segó la vida de numerosos marines estadounidenses, desató una serie de consecuencias políticas, sociales y económicas que resultarían catastróficas para España.

Previamente al estallido del conflicto, España se hallaba inmersa en un proceso de descolonización, perdiendo gradualmente sus últimas posesiones coloniales. Económicamente, la nación atravesaba una situación delicada. España aún lidiaba con las secuelas de la crisis de 1882 cuando se vio envuelta en la Guerra. En términos estadísticos, por ejemplo, en 1887, el ingreso per cápita español se situaba en 1,79 pesetas diarias por jornada laboral, una cifra que descendió progresivamente coincidiendo con el inicio de las hostilidades contra los rebeldes cubanos. En 1904, en plena emergencia económica, el ingreso per cápita había menguado hasta las 1,49 pesetas.

El impacto en el PIB también fue notorio, registrando una marcada disminución. En 1895, el PIB se situaba en torno a las 6.156.282 pesetas (aproximadamente 37.000€), para caer a unas 5.657.124 pesetas (unos 34.000€) en ese mismo año, reflejando una caída del 8,108% en el PIB.

La imposibilidad de contar con las colonias como fuente de ingresos, sumada a la crisis financiera, obligó a España a cambiar su estrategia económica. La escasa competitividad del mercado español llevó al país a implementar políticas proteccionistas para resguardar su mercado interno y promover inversiones en capital humano, sentando así las bases para una futura apertura internacional. Esta reorientación permitió a la economía española recuperarse años después.


De hecho, tras la adopción de políticas proteccionistas, como se aprecia en el gráfico adjunto, el PIB experimentó un crecimiento mucho más rápido que el IPC, mejorando así la calidad de vida y el bienestar de los españoles entre 1910 y 1915.

En resumen, este conflicto bélico a fines del siglo XIX dejó a España sumida en una devastación económica y social. Los españoles se vieron inmersos en una crisis de identidad patriótica, ya que el colonialismo formaba parte integral de su identidad, además de la oposición al gobierno debido al injusto sistema de reclutamiento de soldados. Sin lugar a dudas, la pérdida de Cuba marcó un antes y un después en la historia de España, dejando una huella indeleble en su devenir histórico.


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